En mi breve experiencia como docente siempre me pregunté por qué alumnos, o incluso adultos, con capacidades similares o incluso en algunos casos superiores a las de otros conseguían unos resultados tan dispares. Esto no se reduce únicamente al ámbito educativo si no a cualquier aspecto personal o laboral. La clave en estos casos no eran las capacidades o atributos de los sujetos, la clave residía en algún aspecto que les predisponía a esforzarse más o menos, e incluso a usar sus capacidades en mayor o menor medida.

Motivation-arrows

En este punto fue donde encontré el concepto de motivación, un concepto que muchas veces pasamos por alto o no damos la importancia que realmente merece. Este aspecto tiene el poder de, potenciándolo, elevar nuestras capacidades y mejorar la manera en que aprovechamos los estímulos o situaciones que se nos plantean.

En este artículo quiero aportar una idea general y un poco más teórica sobre la motivación para, más adelante, poder ahondar en el concepto, tipos y propuestas prácticas que motiven a nuestros alumnos, hijos o incluso en algún otro ámbito. Si bien estas propuestas e informaciones se verán más enfocadas a su uso con niños, algunas de ellas pueden ser usadas, por ejemplo, con grupos de trabajo de adultos.

No hablaré únicamente de la motivación como concepto sino también de qué podemos hacer a nivel comunicativo y social para atraer la atención y por tanto motivar a nuestros oyentes. Muchas de esas ayudas me han servido durante mi práctica docente e incluso a la hora de enfrentarme a exposiciones delante de tribunales.

En nuestra práctica como docentes convivimos con múltiples metodologías y prácticas. Es algo innegable y que nos proporciona variabilidad y adaptabilidad. Dichos recursos nos ayudan a potenciar tanto la adquisición de determinados contenidos como a desarrollar ciertas competencias en nuestros alumnos pero, hoy, me gustaría tratar este concepto.

Para comenzar es importante explicar el concepto de motivación y para ello tomaré como punto de partida la definición que nos ofrece la RAE. La Real Academia Española se refiere  la motivación en los siguientes términos:

  • Acción y efecto de motivar.

Esta definición es referida a aquella acción que deriva de la propia acción de motivar algo o a alguien.

  • Motivo.

Referido a aquello que nos lleva a tomar una determinada decisión o llevar a cabo una acción en concreto.

  • Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona.

Situaciones, acciones o aspectos provenientes del propio interesado o del exterior que provocan o promueven que dicho interesado actúe de un modo determinado.

Esta última definición es la que vamos a tratar ya que, como docentes, tenemos la tarea de que nuestros alumnos estén motivados durante el aprendizaje. La predisposición de aquel que quiere aprender es crucial a la hora de enseñar, ¿quién de nosotros ha aprendido algo que no quería aprender? Tal vez sí, algún caso haya, pero muchas de esas cosas con el tiempo se olvidan o se vuelven más fugaces. En cambio si quiero aprender algo, en la mayoría de los casos el aprendizaje es más significativo y más adelante veremos las razones.

La propia definición diferencia dos tipos de motivación, los cuales es útil que conozcamos para posteriormente entrar en prácticas que nos ayuden a potenciarlos.

Por una parte tenemos la motivación interna, es decir, aquello que al alumno, en este caso, le lleva a querer conocer aquello que está aprendiendo y provoca una predisposición para actuar en favor del proceso de aprendizaje. El hecho de que sea interna no quiere decir que no podamos provocar que esta motivación aumente o disminuya. Como ya veremos más adelante existe un amplio abanico de propuestas que contribuyen a que el alumno sienta esa motivación. De hecho, esta motivación es la que más trabajaremos y estudiaremos cómo elevarla ya que es la que provoca en las personas el esforzarse y ofrecer el máximo posible sin necesidad de un condicionante externo o recompensa.

Por otro lado encontramos la motivación externa, aquellos factores o condicionantes ajenos al alumno que le producen esa motivación. Con este tipo hay que ser especialmente cautos ya que la motivación no se crea en el aprendizaje si no en conseguir un objetivo añadido que a menudo difiere del primero. Si a un alumno le ofrecemos una motivación externa como ser ayudante o ir primero en la fila (por poner ejemplos sencillos), el alumno hará la actividad propuesta pero como un mero trámite lo que podría perjudicar en un futuro. Debemos reflexionar acerca de las ventajas y desventajas que podría tener. Puede resultar útil si esta motivación externa produce una creación de hábito o rutina para posteriormente ir quitando esa recompensa.

Para terminar y aclarar la diferencia entre estos dos tipos de motivación propondré ejemplos para clarificarlo y así en próximos artículos entrar en más detalle.

Ejemplo nº1: Proponemos una actividad en la que los alumnos tienen que escribir una redacción en lengua extranjera pero no se muestran muy predispuestos o motivados para realizarla. Para tratar de animarles a hacer dicha redacción les proponemos un trato: aquel que acabe la redacción tendrá un positivo y podrá hacer un dibujo libre. Los que no la acaben tendrán un negativo y la llevarán de deberes para casa.

Ejemplo nº2: Proponemos una actividad para aprender verbos en inglés pero en lugar de estudiarlos del libro hacemos una actividad usando Total Physical Response como puede ser “Simon says”. Los alumnos tienen que representar la acción siempre que digamos “Simon says”. Añadimos un elemento de juego y os alumnos tienen ganas de participar sin necesidad de recompensa y lo aprenderán de una manera más significativa.

En el primer ejemplo se trata una motivación externa, algunos alumnos harán la tarea por el hecho de obtener una recompensa positiva y evitar una negativa pero no se sienten motivados para aprender.

En el segundo ejemplo hablamos de motivación interna. A los alumnos se les ofrece una actividad atractiva y sienten una predisposición a participar y, por tanto, a aprender. Lo único que obtienen es el aprendizaje y disfrutar realizando la actividad por lo que no ofrecemos ningún elemento externo que influya en esa motivación, son ellos los que tienen esa predisposición a participar y a aprender el vocabulario para poder jugar cada vez mejor. Estos ejemplos son muy sencillos pero más adelante iremos matizando y explicando prácticas para distintas áreas y etapas educativas. Para ello podéis comentarme acerca de este artículo, dejarme ideas o temas relacionados que os gustaría que desarrollara o si os ha surgido alguna duda.

La motivación y el disfrutar lo que hacemos puede llevarnos a cosas que nosotros o incluso otros creían imposibles

David

Maestro de educación primaria, especialista en lengua extranjera (inglés). Habilitado para impartir asignaturas en lengua extranjera. Amante de la magia e interesado en la comunicación, motivación y tratamiento del error.

Deja una respuesta